Gambito de dama (Miniserie Netflix)

"Pensé que oía mis latidos y sabía lo aterrada que estaba. Tuvo tiempo de zafarse. Pero comió la pieza, tal como yo lo había planeado. Empecé la partida con un puntaje perfecto."

Trailer Gambito de dama (Miniserie Netflix)

Inteligente, perspicaz, calculadora, solo tiene un objetivo en mente: Ganar. Así es Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) una joven promesa del ajedrez que irá escalando rápidamente hasta ser la mejor del mundo.

Mini serie basada en hechos reales nos cuenta la historia de Beth Harmon y su escalada hasta la final mundial contra el genio soviético Vasily Borgov. Netflix nos regala un magnifico trabajo, tanto en ambientación de los años 60 como la música y fotografía son ideales y Anya Taylor-Joy interpreta magistralmente a esta peculiar mujer.

Personalmente me gusta el ajedrez y me interesaba esta trama, pero esta serie no es solo para fanáticos del juego de mesa, no tienes porqué saber de ajedrez para que te apasione y te interese ver como Beth sigue su aventura al éxito. Nos muestran jugadas desde distintas perspectivas, pero no se enfocan en la propia partida en sí sino en la tensión del momento, en como actúan los contrincantes y en la reacción del público. 

Recomiendo "Gambito de dama" por como nos cuentan la historia, desde la niñez hasta su madurez, pasando por distintos traumas y problemas que marcaran su vida y su trayecto hasta ser o no ser, la mejor jugadora del mundo. He vivido las partidas con gran interés y me ha dejado con ganas de más, pienso que han conseguido un producto de gran calidad. Quizá no es la obra maestra que van diciendo muchos, pero si un producto entretenido, trabajado y digno de visionar.

Años 60, Beth es una niña que se queda huérfana por culpa de un accidente donde su madre acaba muriendo, más tarde descubriremos la causa y como aquello marco la infancia y personalidad de nuestra protagonista.

Su infancia es triste y cruel, se cría en un orfanato a la espera de que la adopte alguna familia. Allí estará varios años en las que desarrollará una actitud reservada, callada y antipática, pero también encontrará como si el destino lo hubiera querido, una afición en la que dedicar todo su tiempo y mente: El ajedrez.

Gracias al conserje de mantenimiento Beth descubrirá el juego que marcará su vida, esta parte me ha encantado. Estos dos personajes mantendrán una relación seca y arisca (aunque en el fondo la quiere como a una hija) en la que el conserje le irá enseñando lecciones de ajedrez y a la vez de vida. Pero a su vez en el orfanato desarrollará una adición peligrosa a las pastillas que destruirá su sueño poco a poco. 

La vida de Beth está marcada por el ajedrez y sus éxitos, vive de ganar y no permite la derrota, sus días están destinados al estudio de ser la mejor y eso le quita poder disfrutar de otros placeres de la vida. A lo largo de la serie intentará encontrar otros estímulos que le hagan sentir lo mismo que el ajedrez, como la ropa, el tabaco, el alcohol, las pastillas y los hombres. Pero para ella todo ello será pasajero, no puede desviar su tiempo a cosas menores, tiene que ser la mejor, su destino le llama.

Su debacle mental ocurre cuando su madre adoptiva con la que ha estado en todos sus viajes y torneos y la cual era su apoyo moral, muere por una enfermedad. Esto se produce justo después de su primera derrota con Volgov, su autoestima estará por los suelos y recurrirá al alcohol como salvación. Solo antiguas amistades podrán desviarla de este destino abrupto.

A lo largo de la serie habrá numerosos torneos donde encontraremos los diversos personajes secundarios que irán acompañando a nuestra protagonista en su aventura. Harry Beltik, Benny Watts, Townes, todos ellos aparecerán como rivales a batir por Beth en distintos torneos alrededor del mundo. Una cosa que no me ha gustado ha sido esto mismo, después de ganarles acabaran quitándose el gran ego que iban demostrando durante la clasificación y terminarán ayudando a Beth contra su próximo gran rival.

El problema viene cuando repiten la misma fórmula dos veces: Rival + torneo + pierde + ayuda + sexo.

En el caso de Harry y Benny sigue exactamente los mismos pasos, incluso cuando en la serie el propio Benny suelta un: Pero sin sexo (Acaba pasando). Pero bueno, luego la misma serie se justifica hablando de que los soviéticos son tan buenos porque se ayudan entre ellos desde que son pequeños, entrenan como conjunto y mejoran a la par.

Hablemos de los soviéticos, los mejores del mundo con diferencia, los rivales a batir. Me encanta como han representado esa estética dura, esos entrenamientos de calibre militar por lo cual Vasily Borgov y sus compañeros acaban siendo la elite del ajedrez. El viaje a Rusia es de lo mejor de la serie, tenemos a una Beth ya adulta dispuesta a ganar después de haber perdido anteriormente contra Volgov de forma aplastante (una por novata y otra por resaca). Después de reformarse como persona y solucionar su recaída en el alcohol, está dispuesta a derrotar a Volgov en su propia casa en plena guerra fría. Si queréis saber si Beth consigue el título mundial y consigue derrotar a Vasily, tendréis que ver la serie.

En conclusión todo el mundo debería darle una oportunidad a esta serie, si en los dos primeros episodios no os ha enganchado dejarla de lado, no es vuestro tipo de serie. Es una gran producción hecha con cariño, con una gran fotografía y con una originalidad curiosa, no siempre se puede ver una serie de este calibre sobre un juego de mesa.

La miniserie consta de 7 episodios de 1h de duración (Netflix)

Mi puntuación es: